Misterio, originalidad, belleza, seducción, cultura, clase, estilo, encanto, feminidad… muchas son las condiciones y sensaciones que repercuten en que una persona resulte glamurosa, afortunadamente el glamour no es una simple característica sino un conjunto de actitudes, así pues aunque algunos se empeñan en decir que glamuroso “no se hace, sino que se nace“, la finalidad es conseguir brillar con luz propia en todo tipo de eventos.
No se trata de tener mucho dinero para gastar en ropa cara, si bien es cierto que hay gente que posee el don del glamour natural, también es posible adquirirlo con el paso del tiempo, no se trata sólo de comprar la ropa, sino de saber lucirla, aunque desde luego es fundamental algo de porte y también de gusto, con un poco de dedicación todo el mundo puede conseguir ser glamuroso/a.
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